martes, 12 de mayo de 2009

Soy Traductor/a... ¿Y ahora qué?




Con esta pregunta que todos los que terminamos la licenciatura nos hemos hecho alguna vez, el IULMA ponía título a las V Jornadas de Terminología Aplicada que se celebraron el pasado 8 y 9 de mayo en la Universidad de Alicante.

Durante las Jornadas, diversas personalidades pertenecientes al mundo de la traducción, la investigación y la docencia trataron de guiarnos a través de sus experiencias personales para intentar dar una respuesta a esta pregunta que parece tan complicada.

Muy interesantes fueron las intervenciones del Dr. Alberto Rivas Yanes (Servicio de Traducción de la Comisión Europea) y de André Höchemer, traductor free-lance y Vicepresidente de la Xarxa de Traductors i Intèrprets de la Comunitat Valenciana. El primero nos desveló los entresijos de la compleja red de servicios de traducción que existe en la Comisión Europea y otros organismos europeos; en concreto, de la Dirección General de Traducción (DGT), en una conferencia titulada “La traducción al español en la Comisión Europea”. Por su parte, André Höchemer aprovechó su intervención en la mesa redonda que lleva el mismo título que las Jornadas para relatarnos su experiencia personal como traductor free-lance. Asimismo, hizo hincapié en la necesidad de que nos apoyemos entre compañeros de profesión para poder progresar juntos, y remarcó la importancia de la profesionalidad de un traductor.

Participaron en la mesa redonda mencionada, además del Vicepresidente de La Xarxa, la Dra. Rosa Estopà ((Investigadora del Institut Universitari de Lingüística Aplicada y profesora de la Universitat Pompeu Fabra"), quien nos habló de la importancia y la belleza de las labores investigadoras en el campo de la lingüística, y el Dr. Miguel Ángel Campos (UA), quien, con un discurso bastante realista, analizó las distintas salidas profesionales que suelen escoger los recién licenciados en traducción y el por qué de sus elecciones.

En una conferencia titulada “Traduir per als teus companys i per als ajuntaments”, Dña. Inmaculada Cerdà Sanchis nos explicó el funcionamiento del Servei de Traducció de la Diputació de València.

Se completaron las jornadas con la conferencia "Traducción e investigación: nadar en mil aguas y llegar a buen puerto", en el que la Dra. Anjana Martínez Tejerina (Grup de Recerca Transmedia Catalonia, UAB) detalló las ventajas e inconvenientes de dedicarse a la traducción profesional y a la investigación, además de dos interesantes y muy productivos talleres. El primero, impartido por Dña. Laura Ramírez (Universidad de Valencia), trató sobre la traducción asistida con Trados; el segundo, impartido por el Dr. Miguel Ángel Candel (Universidad Politécnica de Valencia), sobre Sistemas de Traducción Asistida por Ordenador.

Finalmente, me gustaría destacar la Conferencia-taller “Informática productiva para traductores”, impartida por D. Xose Castro Roig, célebre sin duda por su impresionante labor en el campo de la traducción audiovisual, y por su trayectoria como traductor y corrector de estilo. Durante cinco interesantes y amenas horas, pudimos aprender cómo mejorar nuestra productividad como traductores gracias a un correcto uso de las herramientas informáticas. Sin embargo, Xose Castro tocó también temas como la salud del traductor y el servicio al cliente, entre otros. Sin duda alguna, fue esta última conferencia la que tuvo un planteamiento más optimista. Y Xose Castro demostró que realmente se puede vivir de la traducción. Mucho más pesimistas se mostraron otros ponentes al relatar sus experiencias en el campo de la traducción free-lance y de la investigación, salidas profesionales que aparentemente sólo se eligen por vocación.

¿Merece entonces la pena dedicarse a la traducción?

Durante estas jornadas se han expuesto y debatido las condiciones laborales y sociales a las que está expuesto un traductor autónomo. Aunque a primera vista el panorama parece desalentador, creo que muchos nos hemos planteado a raíz de lo que se ha dicho en estas conferencias si realmente merece la pena dedicarse a la traducción profesional. Y, sobre todo, si es posible vivir de la traducción sin necesidad de compaginar este trabajo con otras actividades (docencia, trabajos a media jornada, etc.)

En mi opinión, los comienzos son difíciles y ésta es una profesión que requiere mucho sacrificio. Los traductores nos encontramos en constante proceso de formación. No sólo seguimos estudiando de por vida las lenguas que dominamos (éstas evolucionan constantemente), sino que además debemos formarnos en el uso de las diferentes herramientas y técnicas para el desarrollo de nuestra profesión. Y, por supuesto, no debemos obviar que el traductor autónomo es un emprendedor y, por tanto, debe aprender a desenvolverse con soltura en terrenos como el marketing y la gestión administrativa. Menos mal que, modestia aparte, solemos ser listos y ordenados... y aprendemos deprisa.

Dicho lo anterior, también hay que remarcar que precisamente eso es lo más bonito de nuestra profesión: somos una especie de “eternos estudiantes” y seguimos aprendiendo cosas nuevas cada día. Ser traductor implica seguir aprendiendo, superar nuevos retos y, sobre todo, ayudar a los demás. Ayudar a los demás a comunicarse. Ésa es la verdadera razón de ser de un traductor: hacer de enlace entre la cultura y la gente de otras culturas, ayudar a que nos podamos comunicar y expresar en distintos idiomas, acercar pensamientos...

Por eso no entiendo que el oficio del traductor esté poco valorado. Seguramente será porque para la mayoría de la gente somos “esos grandes desconocidos...” La traducción es omnipresente, está en todas partes. Libros, películas, revistas, conferencias, las instrucciones del reproductor de mp3... Siempre anda la traducción de por medio. Pero eso nunca nos lo planteamos... hasta que nos hacemos traductores.

Hemos elegido una profesión preciosa. Tan bonita como la enseñanza o la medicina. Enseñar, curar, investigar, AYUDAR A COMUNICARSE. ¿No os parecen igual de bonitas todas esas tareas? Por eso, creo que, aunque sólo sea por vocación, merece la pena ser traductor.

Respecto a si se puede vivir de la traducción, ¿por qué no se iba a poder? Vuelvo a repetir que los comienzos son difíciles y hacen falta grandes dosis de esfuerzo y constancia para triunfar, pero, como decía mi buen profesor el Dr. Enrique Alcaraz: “Otros más tontos que tú lo han hecho.”

3 comentarios:

  1. Muchas gracias por tu comentario, lector/a anónimo/a, y por leer mi blog.

    ResponderEliminar
  2. Hola Lucia,

    Pertenezco al equipo de desarrollo de Easy Internationalization, en el cual nos dedicamos a la internacionalización de empresas de forma totalmente OnLine. Te invito a que lo conozcas y que te des de alta como traductora y sobre todo si tienes alguna pregunta o duda que nos la hagas conocer.

    http://www.easyinternationalization.com

    PD: Sin traductores el mundo no existiría.

    ResponderEliminar